Siento la angustia anticipada de que mañana,
un día, el pasado será eso: pasado:
una página en blanco de nada:
la rutina, el día a día, monótono,
y mi recuerdo,
un saco sin fondo, apaleado por la desidia
de este silencio que me rodea.
Recordaré entonces sólo destellos:
una vaga sensación de comodidad me acariciará,
pero seré incapaz de encadenar secuencias,
de refinar detalles,
de describir historias:
viviré en el lujo de la abulia,
construida desde antaño, apacible, familiar.
Con el miedo, nuestros fantasmas habrán creado una muralla,
un camino: seremos felices,
sonreiremos,
pero jamás ya como ayer:
como en los breves momentos en que de verdad nos besamos,
cuando eramos románticos sin rubores,
y supimos qué era la valentía, sin saber.
un día, el pasado será eso: pasado:
una página en blanco de nada:
la rutina, el día a día, monótono,
y mi recuerdo,
un saco sin fondo, apaleado por la desidia
de este silencio que me rodea.
Recordaré entonces sólo destellos:
una vaga sensación de comodidad me acariciará,
pero seré incapaz de encadenar secuencias,
de refinar detalles,
de describir historias:
viviré en el lujo de la abulia,
construida desde antaño, apacible, familiar.
Con el miedo, nuestros fantasmas habrán creado una muralla,
un camino: seremos felices,
sonreiremos,
pero jamás ya como ayer:
como en los breves momentos en que de verdad nos besamos,
cuando eramos románticos sin rubores,
y supimos qué era la valentía, sin saber.