27 noviembre 2010

esa manera liviana de libertad

me basta con eso.
con la libertad que otros encuentran en lo que llaman "ser salvados".
es amor, o es conexión, es sin duda, como bien ha dicho mi amiga: libertad.
esa gran palabra que escuchamos vacía tantas veces al día,
se llena y nos llega de manos de otros,
así, inesperada, inconstante, deseada sin embargo,
con aquellos que nos permiten ser sin peso,
ser para ellos,
ser sin nosotros,
siendo, realmente, totalmente nuestros.

19 noviembre 2010

This is not an assertion.
You read it as such.

So be careful how you read me,
I dont want to turn into you.

yo ME hablo

A veces usamos palabras en un doble diálogo.
Ellas sólo son para nosotros. Dialógicas.
Y nos basta sabernos nuestros únicos receptores.
Nos hacemos guiños: de nosotros a
ese subconsciente que se nos ha revelado espontáneamente
con la expresión inocente.
Y nos sonrojamos, en silencio, en privado,
nos hemos conocido, nos hemos aceptado.

ocupar la soledad

No nos gusta la soledad. Esa soledad que se elabora deconstruyendo cualquier proyecto que nos hace humanos: ya sean las relaciones con otros, ya sea el trabajo, ya sea el ocio.
Nuestros espacios mentales deben ser ocupados. Ya dije, no nos gusta la soledad.

Por eso, cuando carecemos de reales contenidos, inventamos con la imaginación proyectos o sentimientos que nos mantienen unidos al mundo. Nos decimos querer a alguien, nos procuramos preocupar por otra persona, nos obligamos a emprender un futuro resultado.

Sin embargo, cuando estos vacíos se llenan factualmente, con verdaderas relaciones e intereses fecundos que no tienen otro modo de explicitarse que este pobre que ahora empleo, podemos ver claramente todos esos fantasmas con los que antes nos plagamos.

Y esperamos no tener que volver a soñar. Y soñamos con poder mantener nuestra soledad siempre así de bien acompañada. Tan frágil que es ella, no nos atrevemos ni a desear, no vaya a ser que los fantasmas nos oigan.

16 noviembre 2010

this is my thing.
"my thing". I wonder why we need to feel we have "our thing".
why can't we just do someone else's thing? and steal, and enjoy just doing "their thing".
isn't it all about doing? producing? or was it enjoying?
maybe i want to agree, for once, with one and the other.
i found my thing.
it is mine, and not a secret. and i do it, and enjoy.

no sigas la flecha.

no creas en los ideales.
los ideales sólo son fórmulas de un día.
esa coincidencia que te abre el cielo
es sólo una cáscara.

el amor
ese amor de verdad
no lleva mapa,
él está esparcido por yemas
por yemas en nosedónde.

14 noviembre 2010

ecuación total

vida = escritura

descomposición literal:

yo vivo y escribo

yo vivo porque escribo

yo escribo porque vivo

yo vivo sin detenerme

yo podría escribir cada minuto de vida

vivir y escribir son compatibles

vivir es escribir

escribir es vivir

pero se precisan de interrupciones para continuar

vivir no da tregua

escribir se alimenta de la suya, en los huecos de la vida.

escribir no sería nada sin vivir.

vivir no sería vivir sin escribir.


what we are.

for Eileen Myles

its all about appearances.

well yes and no.

we are we: as a whole.
we are what we say, what we do, what we think
and how we do all of that.

is it what we are a matter of mode?

well yes and no.

we sound, move and look as we can,
but there is some aura about it,
and that is us: we can make it bright.
and that is all what we are:
light.

quizá sí soy

quizá tengo una imagen demasiado infantil,
quizá lo tengo demasiado fácil,
quizá sí vivo como quiero y aparento,
quizá soy una de esas afortunadas que es pagada por pensar,
quizá sí, soy,
y seré,
una adulta en cuerpo de joven
o una joven en cuerpo de adulta
o ni lo uno ni lo otro sino todo lo
que yo quiera,
quizá eso es lo que más quiero,
poder seguir cubriendo
MIS expectativas.


y quien tenga envidia,
que reviente,
o se entretenga intentando ser lo que quiere pero no puede.
algunas caras son más espejos de las almas que otras.
la vida se basa en este descifrar de máscaras o correlatos.
tenemos que ser, básicamente, lectores maestros
o simplemente arriesgar
con la esperanza puesta en que el texto al que nos enfrentamos
no sea el de un instruido actor.

10 noviembre 2010

Hoy odio el mundo y me da igual.

Hay días en los que odio el mundo, o más bien, o a consecuencia de ello, me odio odiando el mundo.
Nada tiene sentido, ni debe tenerlo, ni puede tenerlo,
ni importa que lo tenga.
Y la gente a mi alrededor se comporta como máquinas, ladrando, repetitivamente, bostezando, aburrida, mecánicamente,
y yo soy uno de ellos, sin poder salir,
sin querer salir,
sin querer dejar de querer salir.
Las palabras están vacías.
Llevan siglos vacías.
No sé si nunca estuvieron llenas, ¿de qué?
¿Para qué?
Y no sé tampoco por qué nada de esto debería importar.
¿A quién?
Por que todo debe llegar a algún lado, ¿por qué?
Debemos seguir perseverando,
por alguna razón,
y no quiero dejar de hacerlo,
sin tampoco querer continuar así, intentándolo, de este modo.
El odio del mundo es activo, sí, tiene fuerza,
pero implosiva,
y explota en el cerebro,
o más abajo, con las venas que desean salirse del camino,
pero no hay más que este cuerpo,
sólo este cuerpo solo que quiero vivir,
y gritar.
Pero nada ayuda, para nada,
para nadie,
sólo son días.
Menos mal,
el resto, me engaño,
o me miento hoy.
Hoy, sin embargo, me da igual.

09 noviembre 2010

arrancarte

quiero arrancarte de mi piel,
rascar, rascar hasta que me salga sangre,
y que con la sangre así expurgue,
hasta el último recuerdo,
para que no quede nada,
para que ni la nada me recuerde,
ningún momento de felicidad,
porque no hay sabor más amargo
que el dulce de la nostalgia,

pero el deseo del olvido
me trae a la memoria con más ardor
todas esas imágenes
irreales ya
en la penumbra
que desde un futuro pasado
incluso antes de arrancar,
escuecen
y saben dulces,
a sangre,
a mi
pasado
presente
no te logras escapar.

02 noviembre 2010

esta historia de cambio que vendería

durante un tiempo estuvieron de moda esas películas en las que dos carácteres, tras un accidente o por arte de birlunroque se intercambiaban los cuerpos, o las almas, a saber. sin haber notado mayor cambio, al día siguiente, lavándose los dientes o pintándose el ojo, descubrían haber cambiado radicalmente de apariencia. ellos se sabían ellos mismos, pero su aspecto lo negaba y, por las convenciones de la costumbre, debían empezar a vivir la vida de otros. producto de dicho azar, obviamente , aprendían una valiosísima lección acerca de su conducta moral y mejoraban como personas.

nadie sin embargo, que yo sepa, ha escrito aún un guión del efecto inverso. será por lo habitual del caso. será que ni lo percibimos.
cada día, a veces incluso cada minuto, de la manera más insospechada y anárquica, nuestro cuerpo permanece aparentemente inalterado, pero nuestro interior cambia.
pero eso no nos sorprende. sabernos iguales pero diferentes a quienes eramos sólo hace unas semanas no nos hace cuestionarnos nuestra integridad, nuestra esencia.
nosotros seguimos el hilo de el argumento que nos guía: quiénes nos influyeron, qué nos afectó, qué razones nos movieron, qué fines perseguimos, que movimientos pisocológicos nos estremecieron o que inconsciencias pudieron hacernos variar.

el continente permanece, suponemos, somos los mimos de siempre, nos decimos, y continuamos con la farsa que, no sólo nosotros creemos y creamos sino que es también apoyada por todos quienes nos rodean y siguen queriendo, u odiando, a su manera, como el día anterior.
sin embargo, del mismo modo que ocurre en los hits hollywoodienses, nuestras películas caseras también contienen momentos, aunque pequeños, de anagnórisis. personaje y audiencia, iluminados de repente por un conocimiento extraño, inusitado pero revelador, descubren que el carácter al que seguían es en realidad diferente de quien decía ser, al menos, días atrás.
el protagonista echa la vista atrás, se crea su propia narración teleológica de los hechos, y se construye en el presente como un individuo totalmente coherente, racional y sano. el co-protagonista público, que sólo logra recordar varios momentos del pasado de esa ora subjetividad, anuda dichas memorias salientes con una lógica de suposiciones y llega a la conclusión de que, de un modo u otro, su antiguo compañero de farsas vitales es, o no, aún digno de su amistad, y sigue viviendo su propia historia paralela.
este tipo de argumentos, en mi opinión, podrían ser un éxito de taquilla para el director que se atreviera a explotarlos. por un lado, no se puede dudar de su realismo, ni mucho menos de las posibilidades intelectualoides para postsesiones de cine independiente, e incluso podría hasta funcionar con ciertos toques de ciencia ficción o maravilla. el único problema, eso sí, es que de este tipo de historia, quizá por ser tan absurda, quizá por ser la nuestra, no obtenemos moraleja alguna. y ya se sabe, lo que no tiene educa, no vende.