leí ayer un artículo acerca de por qué y sobre todo a estas alturas del año, a los seres humanos nos da por hacer listas. habrá gente a la que estas les parecerán una simplicidad, un aburrimiento o un rasgo más de egocentrismo. como dirían los ingleses, "what-ever", a mí me encantan.
el artículo era un texto compuesto por una lista de diez razones que explicaban nuestra atracción hacia estas selecciones. Entre ellas se decía que hay algo mágico en la extracción de lo fundamental, como si se redujera la sabiduría a destellos sintéticos. Además, es una forma, decía, de asegurar nuestra autoridad, de poner a prueba la ajena y la prpia, claro. Es un ejercicio de memoria y olvido. Los recuerdos son una creación, aprendí hace poco, así que, en cierto modo, estamos creandolos y ordenándolos para nosotros mismos. Estamos, qué carajo, creándonos, tratando de aseverar nuestro "yo" en la esperanza, como decía el artículo, de que alguioen, al leernos nos conozca por completo y se enamore de nuestro más íntimo yo. ¡como si eso fuera posible (no el enamorarse si no el de ser sinceros con nuestro yo)!
El caso es que, leyendo ese artículo, me volvió mi congénita y eterna manía por las listas y decidí que al día siguiente empezaría la primera de una larga lista de listas, olé! Como hoy es ese día siguiente, aquí va la primera.
LAS DIEZ MÁS PEQUEÑAS COSAS QUE ME HACEN FELIZ
1.escuchar a alguien hablando en inglés británico
2.despertar y descubrir que he dormido, al menos, nueve horas. y que es sábado!
3.encontrarme una moneda, un billete, o un chicle de melón en un lugar insólito
4.que salga el sol entre las nubes de lluvia
5.un email de un amigo que vive lejos
6.llorar con una película (paradojas de la vida, oye)
7.un monólogo de Ellen, una canción de Travis, un texto de Borges o una película de W. Allen
8.establecer amistad con gente extranjera
9.acertar con un regalo
10.una cerveza con limón y el chocolate (debo irme a Bélgica, está claro)
Decía también el artículo que antes cité que el poder de estas listas reside en que "if you put a number on it, people will read anything, however trite, trivial and insipid from beginning to end" I hope so!
24 diciembre 2007
23 diciembre 2007
el tamaño importa?
a juzgar por los ejemplos que la realidad pone ante nosotros, sí, importa: queremos más, grande, mejor. no obstante, hay ocasiones en que esta verdad se ve desmentida gracias a otros factores. por ejemplo, en el colegio, la hora de comer y un plato de judías llenas de pelos y hervidísimas de primer plato: y nadie quiere el plato que desborda, todos queremos, si es posible, ni siquiera olerlas. o una clase con el soporífero de turno. ¿quien desea que se alargue varios minutos tras el timbre? nadie. esperamos que le surja un imprevisto,que llegue tarde, que se marche pronto: que la haga más corta.
de igual modo, en una obra de teatro, obtener el papel principal no es sustancial. lograr uno sustancial tampoco es una hazaña. representar aquel que más líneas declama es una nimiedad. dónde esté el pequeño personaje que no llega apenas a los dos párrafos, que se quiten Hamlets, Romeos y Segismundos. En un simple criado, no, no, un criado de criado, o en un perro incluso, he allí la magia de toda la representación. Que Hamlet se trafuque con una frase no es sustancial porque al cabo de verso y verso y verso, el espectador capta el mensaje de todos modos. pero, ¿que sería de la obra si el perro mauyara? el peso de toda la representación está, y he aquí mi punto, en los detalles.
por tanto, tras mucha reflexión, he llegado a la conclusión de que interpretar a un cazador durante poco más de dos minutos en una obra de hora larga es un honor. trataré de sacrale todo el jugo a las cuarenta palabras, me esforzaré por deletrear cada sílaba sin errores, no faltaré a ningún ensayo, lo prometo por las plumas del ave fénix, y lograré que sea tan jugoso y delirate con me han prometido. eso sí, no hace falta que vengan a comprobarlo.
de igual modo, en una obra de teatro, obtener el papel principal no es sustancial. lograr uno sustancial tampoco es una hazaña. representar aquel que más líneas declama es una nimiedad. dónde esté el pequeño personaje que no llega apenas a los dos párrafos, que se quiten Hamlets, Romeos y Segismundos. En un simple criado, no, no, un criado de criado, o en un perro incluso, he allí la magia de toda la representación. Que Hamlet se trafuque con una frase no es sustancial porque al cabo de verso y verso y verso, el espectador capta el mensaje de todos modos. pero, ¿que sería de la obra si el perro mauyara? el peso de toda la representación está, y he aquí mi punto, en los detalles.
por tanto, tras mucha reflexión, he llegado a la conclusión de que interpretar a un cazador durante poco más de dos minutos en una obra de hora larga es un honor. trataré de sacrale todo el jugo a las cuarenta palabras, me esforzaré por deletrear cada sílaba sin errores, no faltaré a ningún ensayo, lo prometo por las plumas del ave fénix, y lograré que sea tan jugoso y delirate con me han prometido. eso sí, no hace falta que vengan a comprobarlo.
21 diciembre 2007
no se
hay cosas, pequeñas, diminutas, que consiguen cambiarme el humor en un segundo. puedo, por ejemplo, estar radiante de alegría en un momento mientras escucho la canción idónea (la vida debería tener banda sonora, se lo digo a Dios desde aquí, por si lee blogs) y, al instante siguiente, una mujer me da un empujón en la calle y todo se ha esfumado. ¿cómo puede el humor depender de cosas tan nimias? ¿cómo un ser racional, a ratos más, a ratos menos, puede ser influído por un libro que se cae a pedazos, un baño sin papel o la lluvia traicionera? pues es así, a mí me ocurre y me consta que no soy el único ser humano que, sin darse cuenta, es traicionado por esos entes ínfimos, inertes, sin volición pero traicioneros, al fin y al cabo.
el problema es ya mayor cuando no se trata de objetos inanimados sino de personas, no porque ellas tengan la capacidad de, si lod esearan, hacernos la vida más agradable, si no porque nosotros, gente civilizada y con cierto grado de edcucación, debemos sufrirlos en silencio, o ¿debemos decirle a ese compañero de clase que te habla a un metro de la nariz que, por favor, cuide de limpiarse los dientes cada mañana para que uno pueda controlar los mareos con menos dificultad?, ¿podemos, acaso, informarle a ese vecino con el que bajamos día sí, día también en el ascensor, que los "buenos días" no van a gastarle las palabras ni desgastarlñe la lengua?, ¿surtiría algún efecto explicarle a la chica que vocifera a través de su móvil en el autobús, que no nos importa si el Johnatan la ha dicho que tenía el culo muy gordo,"co", y que ella no piensa volver a hablarlo, "co"?, ¿se sentiría alivida la mujer que nos empuja también en el autobús para situarse más cerca de la puerta si le dijeramos que nosotros también bajamos, que deseamos hacerlo con todos nuestros brazos?, ¿nos creería ese conocido si le confesaramos que le hemos visto como agachaba la cabeza para evitar el cruce de miradas, que no se ha vuelto invisible pero sí un poco más antipático a nuestro parecer? no lo sé, pero estas y tantas otras pequeñeces, que todos hacemos alguna vez, o que pensamos, me hacen dudar de si somos más animales o humanos. de todos modos, ahora que todo vale, ya no sé que sería más bestial, si comportarse mal o hacerle ver al insensible que yerra. no sé.
el problema es ya mayor cuando no se trata de objetos inanimados sino de personas, no porque ellas tengan la capacidad de, si lod esearan, hacernos la vida más agradable, si no porque nosotros, gente civilizada y con cierto grado de edcucación, debemos sufrirlos en silencio, o ¿debemos decirle a ese compañero de clase que te habla a un metro de la nariz que, por favor, cuide de limpiarse los dientes cada mañana para que uno pueda controlar los mareos con menos dificultad?, ¿podemos, acaso, informarle a ese vecino con el que bajamos día sí, día también en el ascensor, que los "buenos días" no van a gastarle las palabras ni desgastarlñe la lengua?, ¿surtiría algún efecto explicarle a la chica que vocifera a través de su móvil en el autobús, que no nos importa si el Johnatan la ha dicho que tenía el culo muy gordo,"co", y que ella no piensa volver a hablarlo, "co"?, ¿se sentiría alivida la mujer que nos empuja también en el autobús para situarse más cerca de la puerta si le dijeramos que nosotros también bajamos, que deseamos hacerlo con todos nuestros brazos?, ¿nos creería ese conocido si le confesaramos que le hemos visto como agachaba la cabeza para evitar el cruce de miradas, que no se ha vuelto invisible pero sí un poco más antipático a nuestro parecer? no lo sé, pero estas y tantas otras pequeñeces, que todos hacemos alguna vez, o que pensamos, me hacen dudar de si somos más animales o humanos. de todos modos, ahora que todo vale, ya no sé que sería más bestial, si comportarse mal o hacerle ver al insensible que yerra. no sé.
20 diciembre 2007
bienvenidos
empieza hoy un blog, como tantos que nacen cada día, con un fín: desahogar(me) y, si hay suerte, compartir todos mis demonios interiores con vosotros, mis amigos, para recibir también vuetros diablillos y demás opiniones.
espero que el camino sea largo y que, estemos donde estemos, sea este siempre un punto de encuentro y descubrimiento.
buenos deseos para el comienzo y poco más, animaos que es gratis!
espero que el camino sea largo y que, estemos donde estemos, sea este siempre un punto de encuentro y descubrimiento.
buenos deseos para el comienzo y poco más, animaos que es gratis!
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