en el libro que en estos momentos me estoy leyendo y que recomiendo a todo el mundo, a todo el que le guste leer, claro: Suite francesa, Irene nemirovsky (si es que las que así nos llamamos no sabemos hacer nada pequeño!), decía, que en dicho libro aparecía una sentencia que creo muy adecuada para la reflexión. habla de un hombre, ya mayr, que tiene qu ir a la guerra por segunda vez en su vida. él cree que ya cumplió yendo a la primera pero decide acudir a la llamada general de socorro de esta segunda también, porque, anque pudo haberse librado "se lo impidió el deseo de seguir respetándose a sí mismo".
Pensándolo, creo que ese respeto hacia uno mismo es similar al imperativo categórico de Kant, al "actúa con los demás según desees que se actúe contigo", a la voz de la conciencia, de la virtud que no sé si tenemos naturalemente en nuestro interior o una educación nos instruye en ella. De un modo u otro, cada vez que actuamos mal, estamos perdiéndonos el respeto. No vale cuestionar y relativizar qué es una actuación incorrecta porque bastantes años llevamos ya de civilización y moral. No obstante, creo que allí reside el problema de nuestros días. Hemos perdido los pilares básicos. Se nos educa en la no-educación. No nos sabemos ni respetar a nosotros mismos. Vale con aparentar. Pero creo que divago, el examen de hoy me ha afectado. El siglo XVIII es un gran siglo. Lástima que hallamos vuelto a la barbarie, pero, de nuevo, esto daría para mucho más y mucho más oscuro. Lo dejo aquí, que hable quien se atreva.
4 comentarios:
Jolín, la Ilustración, como te deja, Irene. A mí también me gustó mucho el libro que comentas y creo que se sacan muchas enseñanzas de él. Tiene una visión muy amarga del compartamiento de la gente en situaciones extremas, pero también nos proporciona una visión esperanzadora porque hay almas grandes (los latinos decían magnánima) y esos son los ejemplos que no sólo podemos imitrar, sino que también nos reconfortan con nuestra especie. Yo ahora me estoy eleyendo la introducción de S. Sontag a una novela de V. Serge. Hay una frase que me gusta mucho que mencionan ambos. Si se quiere buscar la verdad, ésta se muestra a las claras. Está bien para los tioempos que corren: entre el bombardeo desinformativo y el miedo a no ser aceptado en la tribu, la mayoría se niega a decirse las verdades del mundo que vivimos.
Pues eso, que viva la Ilustración, a ver si definitivamente nos vamos ilustrando.
esa de antes no soy yo! q se ha hecho la p* un lío, ayyyy madre, estas moderneces del internes.
sí, estoy de acuerdo, que viva y que nos ayude a ser más sinceros con nosotros mismos. creo q a eso mismo se referían los ilustrados cuando decían que sólo era virtuoso el valiente. vamos, que tenemos que atrevernos a ver la verdad, aceptarla y tratar de cambiarla si es preciso.
Pues yo busco un farol que me de luz...
hola anonimo. no sé si va de cachondeo, pero de cualquier modo, el simple acto de buscar algo que proporcione luz, ya es un gran paso.
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