hoy he descubierto que sí tengo un don,
el don de las primeras impresiones que tantas veces me niego a creer.
funciona tal que así,
como quien va al mercado, toca un melón, lo pesa, lo agita, lo aprieta y, sí, le convence, se lo lleva;
yo, con un par de miradas, un par de palabras, un par de sonrisas y una mediana cercanía,
sé ya, por mucho que me niegue a aceptarlo, si una persona es de fiar.
así de sencillo, no falla.
por supuesto que no voy a teorizar sobre ello; admitámoslo, todo ello es bastante incierto, ligeramente a-científico, poco sistemático y muy subjetivo pero, no por ello, menos real.
el único problema es que de tan cierto, a veces cuesta creerlo.
nadie nunca le dijo a un super-héroe que un don tan potente, es difícil de sobrellevar.