con esa parte aventurera, un tanto hiperactiva y anticipativa me encuentro de ojos al futuro, de las manos de la ansiedad.
con la parte más regodeada, me anclo, le doy la otra a la melancolía y con cara tragicómica me dejo llevar.
pero cada año, con cada nueva fecha, me pido lo mismo: sólo quiero cambiar.
quiero vivir en el presente, disfrutar de su frágil mutable eternidad.
y aqui estoy de nuevo expectante recopilando lo vivido, esperando a ver cómo dentro de dos días esta vez todo sí seguirá infinitamente desigual.
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