30 abril 2012

El sol, seguro.

Hoy de nuevo, siguiendo mi costumbre, me voy a dormir con la irracional seguridad de que mañana saldrá el sol.
No hay razón para ello, en esta ciudad de paso, llueve tanto, o a partes iguales, como hace sol. Mis predicciones son erróneas un tanto por ciento alarmantemente elevado de las ocasiones.
Pero mi memoria me ayuda para olvidar. Selectiva ella, sabia, se centra en la posibilidad y olvida los truenos, los huracanes, los charcos, todo el barro.

Mañana, me digo, sale el sol, seguro.