29 marzo 2011

mi nuevo año

que me quedara un secreto, uno sólo, por guardar. desearía eso, o quizá mejor, saber crearlos, a mi antojo, ser como un árbol con sus frutos,

o casi incluso como el mar, desearía ser como el mar, que no el mar, relajada y natural pero intensa, llena de fuerza, a punto siempre de explotar,

y estallar, que me dieran pie y estallar, y decir todos esos discursos que planeo en mi cabeza, ya en inglés, ya en español, para tantas personas; suenan tan bien, sueno tan segura y decidida ante mí, me convenzo, me gusto incluso, pero allí se quedan, para mí,

que ya me gusto, y me disgusto, no me decido. ojalá me pudiera ver de fuera. y verme con objetividad. si eso existe. existirá. verme sin dolerme. aprender a entenderme y luego, tranquilamente, con facilidad, volver a olvidarme y mirar desde mí, ya de pie y estable, hacia lo que me rodea,

encontrar allí una Verdad. sólo quiero una. una pequeñita, que me deje de marear, que me permita fijar el mundo y el tiempo en un punto, y que no suene mal, que no haga daño, que sea, simplemente, transparente y, a la vez, real,

como real podrían ser mis deseos, esos que día a día, más allá de lo que aquí escribo, me propongo lograr; me determino, me pongo en marcha, hago el trabajo y, al final, algo pasa, un pequeño imprevisto, y ya no están.

quizá lo que ocurre con los deseos sea que simplemente han empezado a cumplirse, paso a paso, y sin embargo yo, esperando verlos aparecerse radiantes y completos, no los veo operar, con sus imperfecciones, lentamente, de manera natural, de tal modo que el día en que se cumplen, ya no relucen mágicos como los esperaba a principio de año, cuando los pedí, sino que son ya parte de mi rutina y como un átomo de mí misma, no se dejan ver, sólo se dejan notar, levemente, como un cosquillear.

18 marzo 2011

él, su amuleto

no fue hasta que se atrevió a abrir los ojos frente al espejo que descubrió su auténtica naturaleza;
con valentía, aceptó aquello que había quizá adquirido, quizá heredado pero que era, al fin y al cabo, la fuente de su fuerza.
el cuerno de unicornio lo hacía especial: ya nadie nunca más podría definirlo sin errar.
ya él era dueño de su destino, de su presente, e iba, libre, a volar.

08 marzo 2011

sólo yo entiendo esta línea,
por todo lo que dice
por todo lo que calla.
esa es mi fuerza.

y ahora vienes tú,
y me la arrebatas.

o eso es lo que tú te crees,

y a mí no me importa;
quizá algún día, sin saberlo, coincidamos,
pero no sentiremos nada, absolutamente lo mismo:

te pongo en aviso,
será maravilloso.

07 marzo 2011

ser sin estar. la gracia.

a veces me ocurre que me hago pedacitos, tan pequeños, tan pequeños, que logro integrarme perfectamente con el entorno; tan bien, que ni él ni yo somos conscientes de estar en un lado u el otro. pierdo la consciencia de estar, pero sigo siendo.
y en esos espacios, el tiempo se evapora, se vuelve tridimensional, ya no cuenta; y yo, en dos o tres mundos paralelos, todos posibles y reales, existo, múltiple, sin memoria. renazco infinitas veces, siempre yo, aunque más joven y sin peso, renazco en mí, hacia mí, y en él, en el entorno, que me abraza y hace suya, dejándome ser yo, pura yo en ese instante sin tiempo, eterno.
como en estado de gracia, así yo, me-te encuentro.

06 marzo 2011

looooosing love?

she said loooosing love is like a window in your heart...

pero ¿quien lo pierde? no se pierde, se renueva, como la energía, como decían en ciencias naturales, es como un ecosistema, como cuando nos morimos y se nos comen los gusanos, igualito, yo se lo doy a alguien y me llega de tantas maneras, me llega con la canción, con el viaje que se acerca, y el que me llegó, con esa pequeña conversación intranscendental, e igual con las que no lo son, con las esperas, y las palabras, y los gritos, y yo también lo doy, y a veces es superficial, e incluso a veces lo privo, para darlo, más y más, mas fuerte, lo guardo, lo estoy recibiendo, lo siento, también en los entrecejos, o cuando me aburre, cuando ya no lo noto, love is in the air, eso dicen, yo no huelo, sólo a veces, con la primavera, pero esta siempre allí, esa gente nueva, por conocer me dice que lo tiene, que me lo va a dar, a mostrar, o se lo dará a otro, y yo sentiré que también lo comparto, con quien quiero, con quien de verdad quiero, o no, igual ni lo sé o se me deja dar, yo lo doy de todos modos, pero no lo reciben, peor para ellos, yo no lo pierdo, si acaso lo comparto que no es lo mismo, y así se recicla, y me llega en otras palabras, en las escritas, en la memoria, en las que elaboro, en las que invento, me las repito para mí, me las quedo, y nunca lo he perdido, lo dado nunca es perdido, we will recive que dice, eso sí, siempre, por eso looooooooosing love es sólo parte de la aventura, siempre vuelve, y se queda en tí, cuando lo das, cuando lo repartes, no es tal la generosidad, es por la supervivencia, así va, se queda, permanece, se evapora pero está, en este olor, de las palabras, de la memoria, de la ensoñación del duermevela en el que vivimos.

05 marzo 2011

la comida como las personas

las personas son como la comida.

existen alimentos que ingeridos por separado, saben excelente, sientan bien y dejan con ganas de repetir.

si se mezclan varios de dichos alimentos, el resultado es igualmente bueno. hay que saber, eso sí, que ciertas combinaciones son más acertadas que otras. algunas impiden saborear plenamente uno de los ingredientes incluidos, otras, inesperadamente transforman el sabor de un producto conocido, e incluso, en ocasiones, el conjunto resulta tan intenso que el paladar de uno acaba por preguntarse si realmente le gustan tanto los sabores seleccionados.

conocemos también de esas frutas, verduras o especias que un día nos aborrecieron pero que, con el tiempo, han acabado ocupando un lugar en nuestra dieta, que pueden llegar a ser hasta imprescindibles en ella.

hay preparados que, aunque en un principio dan sensación de dulzura y comodidad, se tornan, una vez ingeridos, en una mala digestión, que dejan mal sabor de boca, o que nos producen terribles alergias. pero una vez conocidos, los tratamos de evitar y nos dedicamos a los buenos conocidos.

existen incluso potentes alimentos que nos gustan, nos encantan, nos tienen obsesionados durante una temporada larga. casi podríamos sobrevivir sólo de su ingesta. sin embargo, llega un día en el que descubrimos que, en el fondo, hemos estado comiendo con la memoria, que quizá el producto en sí no es ya plato de nuestro gusto o, incluso, que de hecho nunca fue sabroso, más bien repugnante, pero nos lo vendieron bien envuelto, o estaba excesivamente condimentado como para que nos dieramos cuenta de su amargor, de que estaba rancio, de que siempre estuvo podrido y desde entonces, sólo su recuerdo nos produce ardor de estómago.

pero existen, y menos mal, esos otros alimentos, los mejores amigos, que son como los alka seztzer, que siempre estan cerca, burbujeantes, reconfortantes, permitiéndonos seguir queriendo más.