de la exultante felicidad a la lágrima desesperada, en un instante;
ambas, igual de objetivas, igual de reales.
me doy miedo al confirmar(me) esta otra cara del doble jekilheydismo
lo peor es sé que tendría solución
si me tomara la vida con más calma
(pero nadie aún me ha enseñado cómo se come así)
y sigo devorando lo que creo males insuperables, maravillas sorprendentes
siempre así
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