21 marzo 2009

hay cosas que sólo se comprenden una vez vividas

algunas de ellas no se pueden explicar,
y son precisamente de las que no me gusta hablar.

por otra parte,
no sirven para la teorización
y allí es dónde falla la ciencia,
dónde cojea nuestra confianza en la razón

¿cómo medir el peso de una ausencia,
cómo contabilizar la alegría de una afinidad,
cómo cuantificar la importancia de un sentimiento?

si lo más importante no se puede explicar,
¿cómo lo entendemos, cómo nos entendemos?

quizá nunca lo hicimos,
quizá me voy a resignar a vivir,
ojalá


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