porque hoy, precisamente tras este día, quiero hablar de algo de lo que estoy segura.
hay asuntos de los que no se puede hablar. existen palabras, existen pensamientos, existen sentimientos y los tres grupos, organizados, no logran hacer justicia a esos misterios.
se trata de milagros cotidianos. de eventos del día a día. cuando no te toca a tí, le toca al vecino. no hay modo de huir. simplemente, ocurren.
son sucesos reales, eventos que se dan en un tiempo y en un lugar. se mezclan con lo más íntimo de uno y, así adquieren una doble dimensión imposible de plasmar en un papel.
sólo, a veces, la música los remeda. pero ésta es libre y, a días, deja escapar su objetos de inspiración y elige otro, dependiendo del oyente.
creo que estos objetos del sentir, bidimensionales, originados en la mente, al recorrer su camino hacia la boca, al tratar de ser ordenados, exteriorizados con el lenguaje, se ensucian, pierden materialidad y, de un modo extraño, paralelamente, comienzan a mentir.
su verdad está, algunos opinan, en el alma. ya sea allí, en la mente, el cuerpo o en el corazón, existen y hacen memoria de los que se van, así como honran con el mayor amor a los que están. es el más sincero homenaje. el único verdadero. o así se lo creo yo .
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