hay días en que me siento tan afortunada
que me confundo con superman,
otros días, sin embargo, y estos van por segundos,
recupero mi tamaño cotidiano
y mis poderes de debilidad,
y no hay impotencia que no me derrumbe,
y no hay misterio que no me deslumbre,
y no hay mano que se me tienda,
y sólo espero esa carta que no llega,
esa sonrisa que se despista,
esas palabras que me expliquen
y, sin criptonita, me doy a esperar
la vuelta de la marea
trayéndome esa confianza que invento
a menudo,
para sentirme menos yo
para sentirme con otros
o, al menos,
volar con la imaginación.
que me confundo con superman,
otros días, sin embargo, y estos van por segundos,
recupero mi tamaño cotidiano
y mis poderes de debilidad,
y no hay impotencia que no me derrumbe,
y no hay misterio que no me deslumbre,
y no hay mano que se me tienda,
y sólo espero esa carta que no llega,
esa sonrisa que se despista,
esas palabras que me expliquen
y, sin criptonita, me doy a esperar
la vuelta de la marea
trayéndome esa confianza que invento
a menudo,
para sentirme menos yo
para sentirme con otros
o, al menos,
volar con la imaginación.
2 comentarios:
y superman, el más vulnerable de todos, condenado a vivir en sus alturas.
(Antonio Vega, ese ser lleno de miedo- acaso no es el miedo lo que convierte en héroes a los hombres?- le escribió esa canción a superman y a su terror a vivir entre los terrícolas, "Lucha de gigantes")
Sono io- "Cuando fuimos los mejores"-
(("Cuando fuimos loa mejores"))
y cuando baja, condenado a no ser completamente él.
quizá todos los hombres tienen miedo, quizá eso nos haga hombres, y héroes a la vez.
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