28 octubre 2012

a modo de diario (o en contra de mi olvido)

En períodos de externa impuesta abulia, me encierro en mi cabeza y me condeno a mis demonios. Soy esclava de mis obsesiones y, entonces más que nunca, éstas se aparecen sin que las pueda elegir, monumentales.
Pero siempre se me dan escasos momentos de descanso. Y en esos descubro lo único que hay de cierto y siempre será fuente de mi vida: lo único a lo que aspiro.
Por eso, antes de que este respiro pase y me condene al ostracismo de la locura, quiero dejar aquí plasmado, para mi futuro recuerdo, las bases de mi salud mental:
un buen sueño, un lento despertar, el sol, los amigos, caminar; los buenos amigos, un vaso de vino, las grandes lecturas, una noche bien larga, escribir, bailar; los museos, los parques, avenidas, nuevos amigos, la gente diferente, aprender, una película en el cine, nunca parar, la música, viajar.

No hay comentarios: