08 diciembre 2011

Mi brindis

Everything becomes an allegory for me. -Baudelaire.
The flaneur still stands on the threshold-Benjamin
Critics of theory sometimes complain that its devotees seem to find theory more exciting than the works of art it is meant to illuminate. But sometimes it is.- Eagelton


Voy a señalar la fecha con un brindis,
y aprovechando que este minuto me encuentra de subida,
brindaré por aquello que se acaba
pero felizmente,
y por todo lo que empieza,
sin remedio.

Siempre algo empieza.

Como esa pena que queda
a modo de recordatorio,
como el crucifijo que llevaba mi abuela,
supongo que para no olvidarse de ser buena,
y que lo sigue llevando,
aunque no sé si ya de nada se acuerda;

como esas cicatrices que te dicen:
ey, viviste, lo viviste
lo sufriste,
casi a un pie del placer
quizá incluso,
agraciado, lo disfrutaste también,
pero ahora sólo te queda el remanente sabor
de lo que un día será nostalgia,
esa pena que pesa
como aquellos crucifijos de semana santa,
pero sin capirote, sin música de tambores ni siquiera sangre,
pesa sólo por lo que deja,
porque recuerda que todo acaba

e indica, que otra cosa empieza,
siempre todo, en algún momento,
empieza.

Entonces quizá,
cuando digo pena quiero decir temor,
de que no se repita
pero no, también pena.
Pues el temor en realidad es esperanza disfrazada,
como cuando de pequeña,
iba a un cumpleaños,
y no conocía a nadie,
y no dormía en días,
soñando con el día dorado que,
yo ya sabía,
iba a ser terrorífico,
maravilloso,
debía serlo
aunque sólo fuera por cómo dolía la espera.

Así se cierra este capítulo,
y brindo pues, por la pena, de lo aprendido,
de lo que he disfrutado,
por el placer que siento ahora con el dolor y terror
y las esperanzas puestas en que algún día,
sí, ojalá algún día,
pueda sentir lo mismo,
marcar con otra herida el tiempo,
y saber así que he vivido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Irene Domingo dijo...

Pues muchas gracias, S.

Clara dijo...

¡Felicidades!
Lejos y sin vernos desde hace mucho, pero con la alegría de compartir palabras.