28 julio 2009

soy pero no yo. hoy.

siempre creí que todo estaba claro. clara la vida, claro el futuro, claro el camino.
o que, al menos, los bosques, borrascas y nieblas que me encontrase serían un minúsculo obstáculo, una breve anécdota, nada comparable a un problema real.

y ahora veo lo equivocada que estaba. si es que puedo decir que algo veo.
en medio de esos árboles, esas nubes y aires ya no sé quien soy, qué quiero, qué necesito ni, claro, que camino debo ni deseo seguir.

en un punto muerto; estancada, y viendo todo bullir, correr, agitarse a mi alrededor.
y en mi interior.

ya ni la experimentación me parece buena contrapartida.
quiero una solución, 
¿dónde está ese Autor maestro que me indique cual es mi próxima aparición, mi próxima línea, esa que va a hacer que este personaje se desarrolle en tal o cual dirección?

nada. sólo la nada de mi ser interior. que es más que nada, es un torbellino de contradicciones desacostumbradas a luchar entre ellas por tan largo tiempo, a ser conscientes de su anacronismo psicológico, de su alienación perpetua, de su locura temporal.

me oigo, me veo, me siento. y no soy yo.
ninguna de ellas.
ni ésta.
alienación por la incomprensión de una anormalidad de lo más corriente.
y la hiperconsciencia que me anula,
que me destruye
pero que es,
desgraciadamente,
lo único que soy.
lo único que permanece allí,
tan sóla, 
tan negra,
tan apagándose,
en lucha, 
contra lo que debe,
sí, pero no quiere,
dejar de ser.

25 julio 2009

me arriesgare gracias a Edipo

realmente no creo en el destino, en los fantasmas, espíritus, almas, ni mágicas coincidencias de ningún tipo. 
pero debo reconocer que últimamente la realidad me está poniendo a prueba.
más allá de conversaciones y maravillosas intuiciones, resulta sospechoso, cuando menos, cómo mis lecturas académicas se acompasan con mi vida personal.

¿o será que siempre ocurre así y uno, así como no es capaz de leer más allá de lo que su sistema mental le permite, acaba sobreponiendo su realidad más cercana a las superestructuras teóricas para entenderlas mejor? en cualquier caso, eso es lo que yo más agradezco del estudio, y quizá lo único que me acerca a él sin resentimientos.

hoy, por ejemplo, el complejo de edipo revisado y dotado de un cariz político me ha dado una pista más acerca de muchos fascismos de diversa índole. quizá la dificultad que yo siento para zafarme de los que me atormentan reside en el miedo a perder esa odiada y retroactiva necesidad de ficticia protección. pero visto que, una vez descubierto el problema, sólo la ruptura permite el progreso, habrá que arriesgarse a ser libre.


23 julio 2009

levitación. 
ese algo que me llena el pecho cuando el más instintivo amor me arrebata.
y levito.
con una piedra amarrada a un pie.
me hace seguir viendo la tierra. 
sólo así es más real y fuerte lo inefable de la conexión profunda con lo afín.

escribiendo, redactando con la mente o leyendo puedo sentirme así.

hoy, del vuelo con jorge guillen descubrí que uno de esos métodos se acabó para mí.
¿cómo creer que nada es poesía después de leerlo a él? 
¿cómo querer expresarlo todo, tan preciso y universal, tan cierto y bello, después de esa lectura?

hoy es un día de levitación y duelo.

sufrir sólo, si

siempre he creído que la soledad es uno de los sufrimientos más llevaderos.
la gente que está o se siente sola suelen quejarse acerca de su situación, pero cuando así lo hacemos, en realidad, y lo podríamos admitir si el tópico no nos sellara la boca, nos quejamos bajito.
el paso de lo privado e íntimo a lo público y compartido es uno de los más peliagudos que podemos encontrar, ya sea a nivel de experiencia personal, ya como mero ámbito de estudio.
ciñiendome a lo que al dolor respecta creo que la dificultad que este tránsito añade a la cuestión se manifiesta claramente.

uno, cuando se siente/ está solo sabe, o intuye, que es la única causa de su mal. Puede, por tanto, controlarlo, culparse por ello o, incluso, por no ser capaz de superar esas debilidades que lo abocan al sufrimiento. 

en cambio, quien se deja depender de otro, quien se ata más o menos a la realidad que lo rodea y acepta las responsabilidades y dulzuras que ello conlleva, debe, si experimenta un sinsabor, plantearse hasta qué punto el otro es causa o partícipe de su mal. 
simplemente cuestionarse la capacidad del igual por estar a la altura de lo recibido de uno ya es un potente revulsivo de los afectos: no sólo se tambalea el aprecio por el otro, si no también la capacidad de juicio, valoración y actitud correspondiente con que uno ha venido comportándose hasta el momento.
sin embargo, cualquiera de estas elucubraciones, y de las más que de ellas se pueden derivar, no conducen a ningún lugar: no hay modo alguno de concretar o averiguar y así solucionar el origen del dolor que nos afecta.
¿por qué? bien sencillo, porque no está en la naturaleza humana el poder conocer y controlar los pensamientos y motivos de conducta ajenos. de este modo, el doliente queda atrapado en la angustiante impotencia del nunca saber. y, encarcelado por sus propias dudas, no tiene (nunca hubo ni nunca la habrá) fuerza ni modo para prevenir todas las consecuencias de esos delirios que sólo incrementaran el dolor, dolor en comunidad. 

19 julio 2009

frustración

Frustración.

Frustración porque sólo puedo escribir cuando me viene la inspiración.

Sí, al más puro modo romántico.

Viene la idea. Y como vino, se va. Si me coje con lápiz y papel, la atraparé. Si me halla en la cama, en la calle o presa de la vagancia, la dejaré pasar. Y con ella, con la inspiración se irá una parte de mí.

Ahogo. Me ahogo cada vez que sé que un instante se fue, no quedó retenido. Sólo era la captura de un sentimiento, de una sombra de una intuición, de un pensamiento. Una semilla. Pero se fue y quizá no retorne.

La fragilidad de la memoria. Opera así. Y sólo la puedo plasmar como la siento: distorsionada, hecha girones, frágil, breve, fugaz, caprichosa. Al menos queda aquí, como la concibo ahora.

 

Frustración.

 

Frustración, sí. También. Porque sólo puedo escribir de lo que me toca. Sólo puedo leer lo que me toca. Escuchar lo que me toca. Sólo lo que me llama. Si no, mi pluma divaga, mis ojos saltan, mi mente flota, mis oidos se ensordecen y me vuelvo los tres monos a la vez.

Yo. Y yo, y yo y mis circunstancias. Circunstancias concretas, abstractas y precisas pero borrosas, aquellas que me conforman en la base más básica de lo que soy. Si es que soy, si es que algo o alguien puedo decir que soy. Creo que sería sólo ellas, aquellas que me atraen.

Así es lo que escribo. Lo que me interesa no tiene núcleo común más que el de aquello que me afecta. Lo que hace vibrar mi cuerda de la mente-corazón, y aún no sé que es. Por eso vagabundeo por estas letras. Me dejo llevar a ver si ellas solas me indican ese punto de convergencia y me explican qué me da unidad.

Y es sólo frustración. Y sólo veo más y más frustración. En el pasado y en el provenir.

Pero ella y el camino de la búsqueda, las atracciones y mi circunstancia es lo que cuenta, al menos eso dota de cierta coherencia a mi escritura y a mi ser.

O eso voy a hacerme creer esta vez.

racionalización de los afectos

Cuando quieres a una persona: tu pareja, un amigo, un familar o simplemente un desconocido durante los fugaces instantes de un grato encuentro azaroso, no es simplemente porque esa otra persona te parece objetiva y subjetivamente maravillosa, no.

Últimamente vengo pensando que a parte de eso hay una gran cantidad del tópico y cierto  “ciego amor” y otro tanto de amor propio y egoista.

Me explico: uno, creo yo, no es uniforme. Todos somos a la vez uno y su opuesto, u opuestos, Dr. Jekyll y Mr. Hyde o Mrs. X, lo mismo es; dependiendo de las circunsancias que nos rodean, uno u otros aparecen. Esas circunstancias pueden ser meramente materiales, circunsanciales y también puede tratarse de aquellos con quienes nos relacionamos. Esinterlocutor en la vida puede sacar lo mejor de nosotros, maximizar nuestro potencial o, también claro, incitar a nuestros más terribles demonios.

Si el amor surge, como sugería, en aquellas situaciones en las que todos los tipos de afectos se conjugan en uno sólo, debemos tener en cuenta también el que nos hace querernos más a nosotros mismos. Querer a otro nace de observar que esa otra persona saca lo mejor de nosotros, mientras que nosotros mismos, probablemente, hacemos lo mismo de ellos; y así, se incrementa la atracción hacia rasgos objetivamente loables y se convierte la relación en naturalmente recíproca. Pero lo mismo que acabo de analizar de un modo extremadamente racional, robándole toda la magia y, probablemente falseando la realidad más profunda, se puede aplicar al odio igualmente y quizá así se verá la verdad subyacente al fenómeno. De cualquier modo, dejo a cada uno efectuar la analogía pues esta entrada está quedando ya excesivamente prolija. 

18 julio 2009

Nos volvemos-vuelven-quedamos idotas

Si nos tratan como idotas, nos volveremos idiotas.

En ocasiones, cuando sospecho que no soy del agrado de una persona, sin realmente tener la certeza de ello, más o menos inconscientemente la trato de un modo más frío, más distante, con un cuidado aleinante que dificulta la relación. Como yo no me muestro tal cual soy, la otra persona, que posiblemente no tuviera ningún reparo hacia mí, siente cierto rechazo por mi parte y convierte, con su reacción, en verdaderos los miedos que yo guardaba infundadamente. Así, mi manera de relacionarme y tratarla, surgiendo de fantasmas, acaba transformando en esos fantasmas a quien podría haberme ofrecido millones de descubrimientos.

De igual modo ocurre en muchas otras circunstancias. Pienso por ejemplo en el caso de la universidad. A los alumnos se trata como si fueramos unos vagos redomados, unos inútiles de tomo a lomo y, sentando las bases sobre esas conjeturas se nos prepara con una educación paupérrima que simplemente acaba convirtiéndonos en unos cenutrios mayores de lo que su imaginación temía. Creyendo que nuestra memoria no retiene ni el número de telefono, que somos incapaces de razonar un simple enunciado, de trazar conexiones entre materias, de manifestar nuestras conclusiones con enunciados inteligibles o de archivar unos conocimientos mínimos para el día a día, se nos prepara para la deglución y rejurguitación de manuales que no sabemos integrar porque, por un lado, este sistema viene operando de igual modo desde que tenemos conocimiento de razón y aprendíamos los animales con sus partes y caracteristicas como si de una tabla de multiplicar se tratara y, por otro, es una costumbre que, hablo de España al menos, se encuentra arraigada en el principio de los tiempos de modo que, estando la educación de los educadores tan podrida como la de sus educadores y los de éstos y los de éstos a su vez, ¿cómo van a ser capaces de cambiar nada, con qué iniciativa, con qué ingenio o capacidad intelectual van a promover un tipo de enseñanza diferente?

No lo voy a ocultar, estas líneas que preceden surgen de una crítica que llevo rumiando durante un tiepo. Yo la resiento y, como yo, creo que miles de estudiantes en el país en el que nací lo hacen, más o menos conscientemente. Quizá toda ella surja de cierta ilusión y admiración ilustrada, pero más bien tiendo a creer que procede de la desilusión que me produce ver que allí todo se rije por el viejo dicho de “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Desde el rechazo antiamericano hasta el amor patrio más rancio y localista, no somos capaces de ver más allá; pero si concemos que en la inercia está la culpa: ¿qué hacemos aún parados?.  

13 julio 2009

jajajajaja

a veces me río sola,
me doy compañía,
me gusta creer que por eso, nunca faltará el humor en mi vida.

también me río en compañía,
prefiero callar si no tengo con quien sonreír,
elijo a los amigos que incrementan mis carcajadas,
es mi modo incosnciente de decirles que los quiero

y nunca nunca nunca
nunca voy a renegar de mi risa
ya sea fuerte
ya escandalosa
a veces silenciosa
otras muy aguda
o entrecortada
incluso secreta.

lo mejor de ella: es mía, no la controlo,
se desperdiga, la dono,
la ofrezco,
se da, para tí
¿la quieres?
es tuya,
toda tuya,
va conmigo
aquí viene.