una de las falacias que la sociedad norteamericana difunde con mayor intensidad y exito es la del amor eterno y perfecto.
decirlo parcamente, asi, en realidad no explica mucho ni en profundidad de aquello a lo que me refiero pero creo que igualmente puede entenderse si se piensa en toda la parafernalia que acompana a este y lo incentiva: de anillos de compromiso, a las series de television donde las familias son incorruptibles, pasando por los anuncios con flechazos instantaneos o los vestidos de novia que se pueden reservar con anos de antelacion.
mas alla de la alienacion que estas imagenes producen en el individuo, consumidor en todas las instancias del proceso de cualquiera de los productos que van acompanando a este amor de pelicula, el problema que mas afecta al individuo que se expone a ellas es el de la infelicidad.
creyendo que el amor es casi un asunto del destino y, sobre todo, bombardeado por el mono-tema las veinticuatro horas de su dia, el norteamericano medio tiende a organizar su vida y evaluar su bienestar en relacion a esa imagen de amor regular y plastificado que le han vendido desde nino. no concibe, ni una alternativa a esa utopia de estilo de vida, ni tiene tiempo emocional para investigar otro tipo de fuentes de placer.
y como digo el nortamericano, digo el comun de los mortales que viven en esta sociedad cada vez mas uniformizada.
pero en realidad yo no queria hablar de esto, o no tan largamente. solo queria compartir la inmensa felicidad que me esta deparando estos dias la lectura de un libro de Terry Eagelton recomendado pro un amigo al que estare, por ello, eternamente agradecida.
humor e inteligencia se combinan en su After Theory para repasar la evolucion de la teoria y la cultura de los ultimos siglos. resumirlo asi suena simplista, y lo es. pero es que mas alla de su tema general, lo mas loable de la empresa del autor es su capacidad para sintetizar las mas basicas premisas sobre las que se basa la labor del teorico, sobre las que raras veces nadie hace una reflexion ni valoracion moral (quien sabe si por incapacidad o por desconocimiento), y elaborar una irrebatible defensa de su necesidad politica (que no utilidad).
repetir lo que el dice a lo largo de sus paginas seria una labor innecesaria cuando leerlo en sus palabras es, no solo mil veces mas iluminador sino tambien un autentico placer ( a lo, como el mismo recuerda, Brecht);
si la felicidad tiene forma, en mi caso, hoy mismo, esta contenida en la forma y el material de sus palabras.
reconocerse en el amor por la teoria, mientras se explica su injustificada suficiencia, y se esta amando la teoria que se lee, como diria el anuncio de mastercard "no tiene precio".
aprender esto, o verlo explicitado tras anos en el desconcierto de la critica, tampoco.
descubrir la existencia de afinidades tan basicas, obvias, y, a la vez, calladas por su "subversividad", incluso menos.
para el resto de amores, durante el resto del dia, eso si, nuestra sociedad aun nos pide la targeta de credito.
habra que ver cuanto aguantamos.
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