Un año que finaliza, una carretera que continúa y un sabor agridulce en la boca. Sabe a todos los deseos que voy a probar, a probar lograr.
La cabeza poblada de novelas leídas, y de las vividas también. Imagino todo lo que va a ocurrir. Esa posibilidad esperanzadora me alegra. Me alegra tener esa esperanza, la energía, y los compañeros de viaje que auguran un éxito. Probable. Al menos, me llevan con el impulso de vivir, o de repensar historias; de leerlas, escribirlas y serlas.
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