mi amigo ficticio acaba de sugerir que más importante que saber si uno es profesor o estudiante es saber qué se enseña, qué se quiere aprender.
quiero decir que todo reside en las preguntas. las preguntas que uno se hace a sí mismo para llegar a los destinos marcados, o intuidos, o simplemente para llegar, o quizá sólo para ir. las preguntas. he allí la cuestión.
y es que todo lo que aprendemos son, en realidad, sólo preguntas, preguntas que surgen de más preguntas. en ocasiones, encuentran respuestas más o menos fijas; en su mayoría, nunca se responden. la única respuesta es la pregunta, la única válida como tal.
comencé un buen septiembre sin saber qué me depararía el año,
en mí octubre no sabía si la realidad era más increíble que los poemas surrealistas,
solitario noviembre puso en cuestión la naturaleza de la amistad: ¿quién es de verdad un amigo, hasta cuando, por qué, cómo reconocerlo y qué hacer por él?,
en un mexicano diciembre me encontré dudando si otros lugares con otros modos de ser no serían más adecuados para mi vida: ¿qué significa ser adecuado, qué, para mí?,
el segundo enero la nostalgia preguntaba ¿cuánto se tarda en olvidar? y sólo escuchaba la voz del recuerdo, afilada, agridulce,
febrero, aburrido, vino fuerte con la cuestión de "nature vs. nurture" y todas las psicopatologogías comenzaron a preguntarme: ¿quién eres, por qué eres- cómo eres?,
el demasiado frío marzo llegó con aires del otro lado del océano, con olores y sabores que pusieron a prueba mi resistencia: ¿cuánto hay que aguantar, cuánto es aguantar, qué hay que aguantar, por qué hay que aguantar?,
abril, como un fogonazo primaveral, cambió mi piel: ¿quién soy, who am I anymore? si es que soy yo anymore; e "inbetween" lugares e irenes no me sirvieron como respuesta,
mayo, presente, viene cargado de balas interrogativas sobre las decisiones: cómo hacerlas, cómo no hacerlas, qué perder, qué arriesgar, qué tomar en cuenta, ¿dejarse llevar, improvisar, no decidir, no planear, que el caos tome posesión de mi vida, dejar de pensar, dejar de preguntar?
imposible. para bien o para mal, las preguntas es algo de lo que no podemos- y sí, uso el plural, nosotros, todos, nadie-deshacernos. sin preguntas no somos. sólo somos preguntas. sólo así somos nuestros maestros, y nuestros propios estudiantes.
la cuestión de cómo decidir cuáles son pertinentes o productivas o incluso necesarias, bueno, esa es...
otra cuestión.