Desde el ombligo hasta la garganta, noto el sol que va subiendo, distraído.
Hacía tiempo que no me visitaba.
Y lo noto perezoso.
Valiente, sin embargo, sigue su camino.
Una canción zumba, vibra y retumba desde mis manos hasta mis codos.
Las puntas de los dedos finas.
Y me cuesta andar.
Me deslizo, de curva en curva, hasta aquí mismo.
La cabeza bien alta, así puesta. Quieta.
Como una maraca, las preguntas suenan.
Y no quieren respuestas.
Las dejo moverse, poco a poco, y bailar su cha-cha-cha .
Será que es domingo.
O que se acerca el frío.
Y que las hojas ya están tornando de color.
O quizá no es más que otro día, en algún que otro despertar.
Hacía tiempo que no me visitaba.
Y lo noto perezoso.
Valiente, sin embargo, sigue su camino.
Una canción zumba, vibra y retumba desde mis manos hasta mis codos.
Las puntas de los dedos finas.
Y me cuesta andar.
Me deslizo, de curva en curva, hasta aquí mismo.
La cabeza bien alta, así puesta. Quieta.
Como una maraca, las preguntas suenan.
Y no quieren respuestas.
Las dejo moverse, poco a poco, y bailar su cha-cha-cha .
Será que es domingo.
O que se acerca el frío.
Y que las hojas ya están tornando de color.
O quizá no es más que otro día, en algún que otro despertar.
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