13 diciembre 2008

un poema

me levanté y leí.
de repente, descubrí por qué me gusta tanto la poesía.
con los poemas ocurre como con los idiomas: uno no acaba de entenderlos completamente. 
siempre dicen algo nuevo, algo distinto y sorprendente. 
puedes imaginar su contenido mientras disfrutas de su forma,
complacerte en la pura exterioridad y recibir su mensaje de manera distorsionada pero subliminal,
creer en la falacia de que expresan lo que sientes, poner tus sentimientos en su expresión y descubrirte;
sólo su música, como la música de otro idioma, dice lo que nunca antes habías escuchado de tí.
lo que los otros dicen, así, te acerca al mundo a la vez que lo embellece, haciéndolo más que apetecible, e intocable a la vez.
y como con las personas, como con los idiomas, puedes volver a acercarte a los poemas siempre, y revivirlos, y sentirte de nuevo, otro, y sentirte, al fin y al cabo, que es lo que cuenta.

A mí hoy me ocurrió con este poema que quiero compartir:

El Contemplado (Salinas)
De mirarte tanto y tanto,
de horizonte a la arena,
despacio,
del caracol al celaje,
brillo a brillo, pasmo a pasmo,
te he dado nombre; los ojos
te lo encontraron, mirándote.
Por las noches,
soñando que te miraba,
al abrigo de los párpados
maduró, sin yo saberlo,
este nombre tan redondo
que hoy me descendió a los labios.
Y lo dicen asombrados
de lo tarde que lo dicen.
¡Si era fatal el llamártelo!
¡Si antes de la voz, ya estaba
en el silencio tan claro!
¡Si tú has sido para mí,
desde el día
que mis ojos te estrenaron,
el contemplado, el constante

Contemplado!


1 comentario:

Ireth dijo...

Ya veo que vas cambiando de diseño de blog eneri!

Me ha encantado este post, comparto todo lo que dices. Es esa sensación de leer un texto nuevo o de descubrir nuevos significados cuando relees un mismo texto después de un tiempo.

Y es que yo creo que el texto literario es él pero también nosotros.