10 junio 2009

pero es que a veces, sólo en ocasiones, o quizá muy a menudo, ojalá frecuentemente, los sentimientos más fuertes se dan dentro de una burbuja.

tan potente que impiden respirar, que el ambiente se contagia de la nostalgia futura, asi como de la melancolía pasada y comienza a destilar.

y el ambiente se hace denso, y las ideas comienzan a pesar, a adquirir una semi-forma de ensueño que destilan todos los instantes en uno, pesado, asfixiante, gris y sólo presente. 
y pesan, y adquieren cuerpo, y nos ahogan con su  manifiesta autoridad de lo oculto, y a la vez manifiesto.
y se oye el murmullo de su dolor, de sus augurios y esperanzas,

pero la burbuja es pequeña, minúscula, casi como un guisante,
y su piel impide ver que allá fuera hay futuro,
lo hay,
mientras esas voces lo acallan.

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