30 octubre 2009

accept the mystery

llevo unos días desconcertada. y creo que ya he descubierto el por qué. o creo haberlo descubierto por decimosexta vez. el caso es que estoy profundamente sorprendida de los derroteros que toma mi mente. y ello me hace sospechar que todas actúan igual. por ello, ya no sólo me dedico a tratar de comprender un poco más de que modo me funciona el cerebro (y a descubrir que nunca lo entenderé lo suficiente, una vez tras otra) sino que ahora también a ello debo añadir la fascinación que me produce ver que el mundo interior de los que me rodean es más misterioso aún si cabe.
es un descubrimiento obvio, dirán algunos. bueno, sí, quizá, pero me tiene epatada. no puedo salir de mi asombro, de mi frustración, no obstante, curiosa. y no pudiendo salir, no puedo razonar más allá.
un paso es, creo yo, el haberme dado cuenta de que estoy allí, en esa nebulosa, en ese desconcierto.
descubierto esto, poco a poco podré dedicarme a materias más productivas, imagino.

el hecho es el siguiente: trato, tratamos de ser seres racionales pero hay cosas que se escapan, eso creo yo, a esa lógica. funcionan con ella, esta es mi fe, pero de una manera superior a lo que nuestro raciocinio nunca podrá descifrar.
pasamos de unos sentimientos a otros; nos movemos por impulsos que guardan un patrón, que siguen una lógica pero jamás la descubriremos; nos engañamos, nos sabemos autoengañados y vivimos con ello; queremos esto sabiendo necesitar lo otro; y así funciona todo: con el orden del desorden aceptado. nuestra cabeza es un caos y, una de dos, vivimos con el caos olvidándonos de que es tal, de que está allí en realidad, o peleamos con él hasta morir.
me decanto por la segunda opción pero empiezo a estar derrotada. voy a tener que hacer como dicen en la última película de los Coen, magnífica. "accept the mystery".

aceptar el misterio de mí misma, de que soy y siempre me seré un misterio casi igual al que son los demás. que sólo viviré tentando, explicándome la realidad, contándome cuentos, creyéndomelos y viviendo en ellos hasta que un soplo de viento cambie la aguja de dirección y deba recontarme lo vivido como desee. me engañaré, pero ni más ni menos de lo que ahora me engaño al meterme en el día a día. re-narraré mi pasado inventando ni más ni menos de lo que ahora invento cuando me paro y me miro en el vivir.

aceptar el misterio de por qué, o de que, somos un misterio. para mal o para bien.
y es que precisamente ese misterio es el que nos empuja a seguir probando todo. aunque el la prueba encontramos sinsabores, sabemos que el próximo bocado será dulce, será nuevo, será extraño, desconocido, siempre dispuesto a que le pongamos la etiqueta que queramos para olvidarnos de que no, es y siempre será un sabor misterioso.

aceptemos, pues, el misterio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta Irene, me encanta!! No sólo me gusta tu reflexión y comparto tu visión sino que además está bellamente escrito; es estético y artístico. Que buena eres!

Un beso,

Ester

Irene Domingo dijo...

gracias! no te puedo decir más. pero no sabes lo feliz que me acabas de hacer. esto es lo mejor que me podrias haber regalado. un regalo sorpresa!