uno de esos borrones que escribo cuando me viene la idea, un sentimiento brillante, preclaro, bien organizado y tan cierto que disturba.
pues bien, ahora, con todas las ganas que sentía de compartir, y eternizar un poco más, esas dos ráfagas que me han azotado hoy en la biblioteca, me doy cuenta que el cuaderno, más bien contratapa del libro que tenía a mano, se ha quedado allí, sobre la mesa.
desconsuelo.
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