27 enero 2012

CMG

Querida Carmen,
te mando sólo un par de líneas por el espacio sideral, en la esperanza de que esta magia de la modernidad pueda llegar también a través de tiempos, quizá incluso de mundos; aunque no sé si de veras creo mucho en ellos.
Sólo quería agradecerte la segunda anagnórisis de mi vida: la de hoy. La primera ya ocurrió hace años y para llegar a ella, aunque me ayudó compartirla con una amiga entonces, no necesité de ayuda; esa es otra historia en todo caso.
Leyéndote hoy, sin embargo, a tí y a uno de esos exégetas que a veces sirven para algo, he descubierto el por qué de mi pasión por mis dos obsesiones vitales: el amor y la literatura (el arte en general, es verdad).
Por eso he creído que debía escribirte, para devolverte de algún modo el favor, para pagarte con la misma moneda. Llegó, a mí, al menos, me alcanzó. Es cierto: en contadas, preciosas ocasiones, se da la verdadera comunicación.
Un abrazo,
Irene

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