17 junio 2012

¿Nada?

Entre el orden y ese abismo de lo desconocido,
por el hueco,
me asomo.

Es poca la fuerza que me impulsa,
pero hay curiosidad.

Orden y simetría,
y algo que parpadea.

Otros,
como yo
en un reflejo,
se abisman
y me lanzan con si:
¿qué hay detrás de sus ojos?

Las dimensiones se multiplican
y me parece saber sólo
lo que ya sabía,
por los siglos de los siglos,
sin creer, sin querer creer:
la nada,
pues, múltiple,
me acorrala.

Las pistas
y la absurdidad no son consuelo;
certeza no es verdad
no es solución,
ni siquiera la escritura es salvavidas
pues sólo apresa
segundos después,
un ángulo
de mi iluminación minúscula.

Ni figuras 
ni cifras
ni reflejos.
Sólo yo,
minúscula yo,
dos paupérrimas partes de mi yo,
frente a lo incognoscible,
tambaleándose
por años
y años
y años que me quedan.

Así, como Mobius,
sin salir,
sin avance
sin entender
ni ver
nada.

Solo la nada.

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