20 julio 2011

perfectly imperfect

hoy me levanté y al mirarme al espejo me dí cuenta,
¡fatal descubrimiento!
que tengo un ojo más grande que otro,
que mi cara no es uniforme,
que,
de hecho, la verdad es aún más cruel,
¡aún!
¿aún?
un ojo alcanza occidente con mucha más velocidad que el otro,
es decir, descubrí que el desequilibrio que trato de ocultar con tanta meticulosidad
es perceptible para cualquiera que pase más de dos segundos contemplando mi rostro.
cruel mundo,
quiero decir,
¡oh, mundo cruel!
estoy destinada a la inequidad, a la inestabilidad,
a oscilar, ir y venir,
a tratar pero nunca lograr,
¿nunca?
¡nunca!
la perfección.




en fin, al menos a algunos lugares llegaré siempre adelantada, aunque sea a tumbos.

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