20 noviembre 2008

una botella

Barthes tendría, seguramente, muchas palabras que escribir acerca de esta botella. Rosa- bitch (zorra-bruja)-letra cursiva-vino rojo.
¿a quién apela esta botella? esa es la pregunta que realmente me intriga. ¿quién compraría una bebida en este recipiente? bueno, sin duda, mi compañera de piso lo hizo pero ¿con qué propósito? podría pensarse sin temor a equivocarse que no se hizo con ninguna intención aparente más allá de la broma. pero, ¿qué broma? ¿basada en qué noción? ¿quién se ríe de quién? ¿es la mujer, tan segura ella de no ser una "bruja", por usar el término menos ofensivo, la que compra este objeto? ¿o es cualquier persona que se siente atraída por la vinculación entre el sexo femenino y el color que lo simboliza? en cuyo caso...¿a qué fiesta llevas un regalo así? imagino que partes de la base de que nadie va a sentirse ofendido con la imagen, pero ¿por qué? ¿estamos todos tan civilizados? y con ello me refiero, no sólo a la educación en la cortesía sino también a estar tan informados por una serie de códigos sociales que nos hacen inmunes a las degradaciones personales. parece ser que sí.
cuando mi compañera de piso mostró orgullosa su tesoro al resto de comensales nos contó cómo, mientras compraba la botella, una niña detrás suyo en la fila del supermercado, le comentó a su madre acerca de la palabrota que aparecía como marca. la niña, claro está, no veía más allá de la de por sí ya ofensiva palabra. pero mi compañera creyó ser insultada por la descortesía de madre e hija que simplemente comentaban una botella hecha, no cabe duda, para tal propósito. en ningún momento cayó en la cuenta del insulto que ella misma y contra sí misma estaba perpetrando al comprar el vino.
quizá exagero, quizá alguien piense así pero estoy casi convencida de que no. que el problema está allí, en todas estas pequeñas cosas y actos del día a día con los que perpetúamos, nostras mismas, una imagen que sólo revierte en nuestra contra. y así, pasito a pasito vamos haciendo más imposible no sólo el cambio, sino nuestra percepción del cambio. 
y quien se riera con la botella, que me explique qué tiene de gracioso porque yo ya nos e lo veo.

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