2. deseo disponer de todo el tiempo del día, de la semana, el mes, el año, la vida. hacer con él lo que me venga en gana: dormir cuanto quiera, despertar cuando me venga en gana, escribir, leer, amenizarme siempre que lo desee: sin fechas, plazos ni esquemas u horarios. y deseo que esa libertad no acabe con las ganas de hacer, ni con el placer que da desear más tiempo.
3. deseo mantener siempre esa energía que me viene de tanto en tanto, como ráfagas azarosas de alegría casi material; que esas indescriptibles amarillas turbulencias que me llenan de ímpetu, me ponen una sonrisa, me llevan a escribir y me reconcilian con el mundo y su orden sean una constante en mi ánimo, sean yo o, al menos, que estén siempre conmigo (aunque eso, quizá, signifique que nunca note la diferencia)