quizá es que Dios si existe y es un cocinero en pruebas: combinándonos, tratando de ver qué especia le sienta bien a qué alimento, qué condimento se disuelve perfectamente en qué otra mezcla y así, probando, probando, nos permite probar todos los sabores de la vida, a nosotros, sus materias primas y conejillos de indias.
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