14 agosto 2010

perdonen que me ponga antiromántica

todas somos regentas.
la cabeza llena de novelas rosas.

aunque diferentes, todas- inconscientes- nos contamos una historia de príncipes azules, sapos, amores a primera vista, eteceteras. la historia de un futuro que está, de este modo, predeterminado por todas las narrativas que hemos leído desde que la seudo Eva peluda tenía uso de razón.
y el problema no es el cuento en sí, el cuento tiene su magia, tiene hasta cierto punto su gracia y originalidad. no, el problema reside en cómo esas palabras de todas esas historias leías o escuchadas resuenan en nuestra cabeza constantemente, para cada una, con su versión adecuadamente personalizada, y nos impiden darnos cuenta del desventurado presente.

la aventura siempre se halla en un más allá; en el otro mundo del futuro, de la imaginación, de la proyección. porque realmente, cuando lo real se da, no es nunca rosa, por muy mágico que sea, no es nunca como en las novelas con que nos envolvemos y crecemos.
por eso mismo somos todas regentas: ficciones de mujeres, al albur de cualquier cuentista que desee mantenernos en la eterna espera infeliz, siempre pasivas, siempre felices en la imaginación del dolor que es parte de la aventura, nunca capaces de improvisar, sentir, crear, probar más allá de lo establecido y conocido.
porque también todos los demás son donjuanes.
perdón, donjuanitos.
o peor aún, magistrales.

o todo esto, pero hasta cierto punto.

o qué se le va a hacer. eso es lo que tenemos. lo que hay.

y perdonen que me ponga antiromántica.



1 comentario:

Paulina Soto dijo...

oye, eso de los don juanitos me encantó. es la más completa verdad! todos, todos de algun modo son pequeños don juanes. ahora este "joven" con el que estuve, me comentaba que él sentía muchas veces ganas de terminar con la novia, pero que se la pensaba porque decía: "oy todo lo que va a sufrir ella!" Bueno, en verdad no sé si va al punto, pero hay como una superficialidad extraña en el amor de los hombres que me recordó tu idea. está como hecha de una vulnerabilidad específica. En fin, sí, todos son donjuanitos, pero no todas somos regentas. Yo ni siquiera me he leido la novela, por ejemplo jaja