16 febrero 2008

jane austen

voy a ser hiperbólica: cuanto más lloro con una película, es que más me ha gustado. el otro día vi: "La joven Jane Austen" y creo que, ya volviendo a un registro neutro, lloré casi 3/4 de la película. me deshidraté. aun ahora, cuando la recuerdo, noto la tristeza oprimiendome un poco por debajo del cuello, como si el aire se recalentara y no pasara de allí.
no es simplemente que se trate de una historia de amor, un melodrama, y que ello me llevara a la lágrima fácil, no. creo que hay muchísimos más elementos que conjugados, atacaron mi subconsciente y esos son los que voy a tratar de rescatar. imposible, casi seguro, así que probablemente la mitad o todas las razones que exprese sean mentiras que yo misma me haya creído para tranquilizarme y creer que soy más racional de lo que nunca seré.
por un lado, me emocionó re-descubrir la precariedad en que vivían las mujeres hace años, cada día menos, gracias al progreso. las injusticias que estructuraban sus vidas, de todos harto conocidas, parecen pura ficción sólo un par de siglos después. en especial, de entre todas ellas, me enfureció el recordar la precariedad sentimental y vital a que se veían abocadas las mujeres que nacían escritoras (pq, como decía bioy, uno nace escritor, no se hace). el matiz agrava la situación: un pálpito vital y sincero impulsa a una escritora a realizarse en el oficio que es connatural pero sabe que, seguramente, por ello, se verá despreciada por la mayoría de la sociedda, ninguneada por gran parte de la misma, y tenida de "especial" por los ineptos que la rodeen. en muchos casos, se tendrá que disfrazar bajo el humillande seudónimo de un hombre. y deberá luchar internamente constantemente por reafirmarse en su valía frente a sí misma. en el caso de que todas estas condiciones se den, aun deberá confiar en que la suerte le depare la rara fortuna de encontrarse con un hombre de su agrado que la admire, no sólo por lo que es (o tiene, pq en aquella época los parámetros del amor eran diferentes) sino también por lo que aspira a ser, por su oficio y su condición de rebelde, de adelantada social.
todo ello se dada en jane austen, segun parece apuntar la película, tenía talento, tenía corage, tenía inteligencia, tenía tesón y sensibilidad. además, es ejemplo de la posibilidad de en una mujer se combine lo que algunos hombres, y mujeres, creen imposible: inteligencia, voluntad y feminidad. era decidida. tenía carácter. un paso por delante de muchas mujeres aún hoy. tenía claridad de vsiión, pero a ella se le añadía la humanidad. quiso. amó. y amó tanmto que fue capaz de lo que mejor demuestra el verdadero amor: poner al otro por delante de los propios intereses, más cuando se trata de una persona que vive tan intensamente, que experimenta todas las emociones con tal viveza.- esa es otra noción que siempre me he planteado:¿ se puede vivir más o menos intensamente la vida? y ¿depende ello del carácter? yo creo que sí, y me parece lo más triste del mundo la genrte que flota, que es como una seta en la vida.No hay cosa más apenante.

Pero volviendo a la película...oh! y la historia de amor de la película es tan bonita (como es mi blog me permito expresarlo así de simple, subjetiva y ñoñamente!) que me reafirma en mi convicción de que el amor, como todo, hay que vivirlo sólo cuando es de verdad. entre otras cosas por el respeto a uno mismo. por no estar mintiéndonos. pero también por el respeto al otro: estar con alguien por no estar sólo es un engaño a quien es tratado como animal de compañía, a menos que le otro acepte complaciente. en fin, jane no lo hizo así. vivió y actuó consecuentemente en el terrreno del amor. y, para más inri, lo plasmó todo, a modo de catarsis, en la escritura de sus novelas.
por último ya, aunque podría seguir divagando sin control, una mención tangencial pero muy importante acerca de la película. esta va referida al actor protagonista: James McAvoy. Es un ejemplo que demuestyra la importancia capital de una buena actuación para la credibilidad de una película. Es increíble la modulación de su personaje. Su capacidad interpretativa. Yo me he enamorado, lástima que sea de un personaje de una peícula. Siempre me quedará la creencia de que los amores platónicos, aunque más cobardes, son los más satisfactorios: tú los creas, los inventas y así, nunca te decepcionan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo, enery, eres la bomba
Un torrente de emociones desbocadas
Muy bien transcritas a palabras, por cierto
¡Qué dulce tormento son las penas del amor que se espera!

Irene Domingo dijo...

jeje, si, un poco caballo ya soy. ya sabes...anonimo!