25 febrero 2009

corazón de sapo

así se titulaba el libro que marcó mi infancia. 
alguna mente perversa, corrompida y desequilibrada lo incluyó dentro de la sección "dirigido para los niños" y creo que algún desgraciado más sufrió conmigo semanas, sino años, de trauma incurable.
sin embargo, hoy querría tener ese corazón que permitía ver el futuro (claro que sin envejecer al mismo tiempo, allí estaba la "moraleja"). 
querría adelantarme unos cuantos años mentalmente y saber qué me deparan en cuestión de experiencias. así se desanudaría la opresión que siento en el pecho y podría centrarme con tranquilidad en el día que vivo.
como sé que es imposible, me resigno a esta montaña rusa, a las emociones, a las taquicardias, a la intensidad de cada instante y los nervios del arriesgar.

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