20 mayo 2011

¿y si nos vamos volviendo todos locos, paulatinamente, de manera moderada, apenas imperceptible, conforme pasan los minutos, las horas, en cada segundo?
¿y si en eso consistiera envejecer?
¡qué maravilla! un atajo de disonantes humanos tratando de entenderse, pero navegando, cada vez más, en su propio mar de la felicidad.
ojalá, ojalá, ojalá.

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