25 marzo 2009

"oscuramiento"

empiezo a creer que los reflejos de las iluminaciones son cegadores.

hoy me preguntaba: ¿por qué hay que entenderlo todo?

desde hace años yo, y creo que la especie humana conmigo (¿o es viceversa?), vivo bajo la tiranía de la racionalización. 
suponía que el trabajo realizado para ordenar todos los aspectos de mi vida y la que me rodeaba sería recompensado por un conocimiento superior, es decir, uno que me diera la clave para la felicidad.

en cambio, ingenua de mí, descubro poco a poco que no, que alguien me contó esa patraña de la lógica un día (con algún despiadado interés que no logro dilucidar aún) y que, en realidad, la receta para "saber vivir" se escapa entre los dedos. 

la felicidad (alegría o cómo cada uno la experimente) fluye, transparente, de un lado a otro, por escondidos recovecos, hasta aparecerse en los instantes más insospechados; y la única condición que pone para quedarse allí, donde uno más la necesita, es que no se la mida, que no se la osculte, que, simplemente, se la disfrute.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Dentro de unos días, cuando me devuelvan un libro que he prestado, te copio un pasaje que explica lo que me gustaría decirte mucho más que nada que yo pueda decir.
Pero como adelanto: reducirse al racionalismo me parece (y no solo a mí, tranquila) como quedarse en la caverna atados de pies y manos con los ojos vendados y las manos enguantadas.
Clara

Irene Domingo dijo...

pues espero ese pasaje para ver si lo decimos en el mismo sentido!

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Clara aunque juego con ventaja, lo de racionalizar nunca ha sido lo mío. Prefiero la teoría del caos, dejando todo fluir acabas encontrando el lugar de las cosas (y en ocasiones incluso el tuyo!).

Irene Domingo dijo...

puede q si filoloca, puede q si. pero ya te puedes imaginar lo q me cuesta a mi eso!